María Jesús, podóloga: "Los dedos en garra no son solo una cuestión estética"
%3Aformat(png)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fa73%2Ff85%2Fd17%2Fa73f85d17f0b2300eddff0d114d4ab10.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2F4f0%2F592%2F54b%2F4f059254bae6aa60961f790e1798a8ac.png&w=1280&q=100)
Los pies hablan de nuestra salud más de lo que imaginamos. Muchas personas creen que tener los dedos encogidos o curvados es solo un tema de apariencia, pero la podóloga María Jesús advierte que detrás de los llamados dedos en garra puede haber un problema muscular que merece atención. “Si tus dedos de los pies no están rectos, ojo, porque no es solo estética”, explica en un vídeo divulgativo.
Según detalla, esta alteración se produce cuando los músculos y tendones del pie se desequilibran, lo que provoca que los dedos se doblen hacia abajo de manera progresiva. “Eso que ves son dedos en garra y es mucho más común de lo que debería”, comenta. No se trata de un simple rasgo anatómico: si no se corrige, puede generar molestias, rigidez e incluso dolor al caminar.
@mariajesus.podologa ?? Los dedos en garra no son solo una cuestión estética. Te explico por qué aparecen y qué puedes hacer para corregirlos. #dedosengarra #pies #podologa #mariajesuspodologa ♬ sonido original - María Jesús Podóloga
Las causas están, muchas veces, en los hábitos diarios. María Jesús señala que este problema puede aparecer por usar calzado demasiado estrecho o sin sujeción en el talón, lo que obliga a los dedos a “agarrarse todo el rato para que el zapato no se salga”. También influye pasar demasiadas horas de pie o tener un pie con un arco plantar muy pronunciado, ya que eso incrementa la tensión muscular en la zona.
Pero no todo está perdido: hay formas de aliviarlo. La especialista recomienda apostar por un calzado con una horma más ancha y realizar ejercicios que favorezcan la movilidad de los dedos. En los casos más avanzados, pueden ser necesarias plantillas personalizadas que ayuden a descargar la zona afectada.
El consejo de la podóloga es claro: escuchar al cuerpo antes de que los síntomas empeoren. “Cambiar el tipo de calzado y mover los dedos con frecuencia puede marcar la diferencia”, concluye. Porque, como recuerda, los pies también necesitan atención y cuidado: son la base sobre la que caminamos cada día.
El Confidencial
%3Aformat(png)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fa73%2Ff85%2Fd17%2Fa73f85d17f0b2300eddff0d114d4ab10.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fadc%2F1ba%2F352%2Fadc1ba352e9ea13bc27754ae38e2cad8.png&w=1280&q=100)
%3Aformat(png)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fa73%2Ff85%2Fd17%2Fa73f85d17f0b2300eddff0d114d4ab10.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2F166%2F088%2Fd13%2F166088d13087ca066b45b8843dcaa609.png&w=1280&q=100)

%3Aformat(jpg)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fbae%2Feea%2Ffde%2Fbaeeeafde1b3229287b0c008f7602058.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff88%2F035%2F714%2Ff8803571417ba3314006747fe60dcea3.jpg&w=1280&q=100)